El señor Chen estuvo detenido en la prisión de la provincia de Hebei por varios años. “En lugar de ser ejecutados, a los prisioneros se les dispara cerca de sus orejas. La persona pierde la conciencia pero no muere. Entonces, el cirujano extirpa sus órganos y después le dispara para matarlo. Ellos piensan que pueden ocultarlo, pero de hecho fuimos claramente testigos del proceso”.
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