Parece que cada vez que alguien está en posición de causar algún daño a Hillary Clinton, acaba muriendo de forma repentina. El caso más notable hasta estos momentos había sido el de Vince Foster, que en su momento fuera socio del bufete de abogados de Clinton y que conocía el funcionamiento interno de toda la maquinaria del clan Clinton. En su momento, la policía descartó que la muerte fuera un suicidio, aunque las sospechas de que fue asesinado levantaron polvareda en muchos medios alternativos.
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