El 11 de noviembre de 1954, Syuiti Mori apagó las luces para un pequeño grupo de moscas de la fruta. Más de 60 años después, los descendientes de esas moscas se han adaptado a la vida sin luz. Este proyecto es el ejemplo más duradero de un estudio experimental sobre evolución donde los científicos siguen a una población durante muchas generaciones. Es también el primero en analizar la evolución del genoma en un organismo multicelular complejo adaptado a una condición definida en el laboratorio.
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