Las acusaciones son fuertes por parte de a Fundación Nacional del Indio (FUNAI), en Brasil, y también por el gobierno. Se acusa a grupos evangélicos de origen USA de "manipular" a comunidades indígenas de la Amazonia donde aumentó el número de suicidios, también de fomentar las peleas entre comunidades, incluídas amenazas con flechas envenenadas. Se acusa al pastor fundamentalista norteamericano Loren Cunningham, cuya organización llegó a la selva amazónica en 1975.
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