El etarra Ibai Beobide Arza, detenido el sábado, intentó autolesionarse, no sólo para denunciar falsas torturas, sino también para forzar su ingreso en el hospital y aplazar las investigaciones el tiempo suficiente para que los terroristas con los que iba a citarse tuvieran margen de huida. En recientes manuales, los cabecillas dan instrucciones a los terroristas con el objetivo de que, en caso de ser arrestados, alerten como puedan al resto del "comando" para que se puedan poner a salvo.
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