Un nuevo estudio revela que, mientras las multitudes pueden de hecho ser sabias cuando se trata de tomar decisiones difíciles o arriesgadas, son peores que los individuos al escoger entre dos opciones en las que una de ellas es claramente superior a la otra. En otras palabras: cuando la decisión es fácil, los grupos pueden llegar a ser bastante estúpidos. “A menudo nos dejamos engañar por otros”, apunta Sasaki, líder investigador de este estudio. En español:
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