Hoy Goya ya está en edad de jubilación y asiste dos días a la semana a clase de valencià en la escuela de adultos, situada en el Castell. Con ella comparten aula vecinas y vecinos que nacieron en Azuaga (Badajoz), Casas Simarro (Cuenca), Villacarrillo (Jaén) o Villar de Cañas (Cuenca). En la mayoría de los casos, no aprendieron el valenciano cuando llegaron. «La gente de Alaquàs a nosotros nos hablaba en castellano y no tuvimos necesidad de aprenderlo. Si nos hubieran hablado en valenciano, lo habríamos aprendido más fácilmente».
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