El país aún no termina de procesar las dimensiones del bochornoso escándalo de la persecución infame que durante seis años ejecutó un grupo criminal del DAS (G-3), al decir de la Fiscalía. Una organización que burdamente transgredió los horizontes de la legalidad, se comportó como una mafia de la peor laya, perpetró violaciones innombrables a la intimidad amparado en supuestas investigaciones para garantizar la seguridad nacional y llegó a la neurosis de amedrentar a través de sufragios, como suele hacerlo la delincuencia organizada.
|
etiquetas: corrupción , das , persecusión del estado , colombia