Y llegó el día en que todos los reyes se quedaron sin herederos. Los ciudadanos fueron realmente ciudadanos y la sangre se quedó sin derechos, toda roja. Como tu boca que beso en sueños cuando hay asamblea y me parece una sesión de cine mudo: miro cómo se abre y se cierra tu boca, pero no escucho lo que dice...
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