Sindicatos, federaciones profesionales, grandes cuerpos del Estado, políticos locales, funcionarios, todos se activan para salvaguardar sus situaciones, sus privilegios, sus ingresos, sin cuestionarse nada. Francia jamás se reforma, pero a veces hace la revolución. A cada lobby se le da según su capacidad de molestar. Este inmovilismo tiene raíces sólidas. La historia del país, sucesión de largos periodos de conservadurismo y de sobresaltos brutales, inclina al pesimismo. Traducción completa en comentario 1.
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