En las conferencias académicas, de recursos humanos y de formación y desarrollo se supone que los oradores asumen que todos trabajan en una oficina. Como si la clase trabajadora no existiera. Los oradores son reduccionistas, reduciendo los efectos de la IA a la simple proposición de que nunca reemplazará a los humanos, solo aumentará nuestras habilidades: creatividad, pensamiento crítico, colaboración, comunicación... las habituales tonterías sobre habilidades del siglo XXI. Sin embargo, parecía haber muy poco de esto en el análisis.
|
etiquetas: inteligencia artificial , empleo , futuro