Cada año en los EE.UU, más de 23.000 recién nacidos mueren antes de cumplir un año. Aunque la tasa de mortalidad varía ampliamente según el estado y el condado, el promedio en los EE.UU es mayor que en el resto de los países ricos del mundo, peor que en Polonia y Eslovaquia. A pesar de gastar más dinero en atención sanitaria que cualquier otro país, los EE.UU no son muy saludables. Los bebés blancos con madres con estudios mueren a tasas similares a países parejos, los negros mueren a tasas de más del doble mayor que la de los niños blancos.
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