No cabe duda que es necesaria una reacción y a la vez estamos convencidos de que una respuesta adecuada nunca será fruto de la improvisación. Uno puede entender que es imprescindible la manifestación de la indignación como primer paso, pero no puede pasarse la antropología, la historia y el sentido común, cuestiones que evidencian que combatir un imperio tan salvaje como el actual requiere mucha formación, organización, planificación y un cambio de mentalidad permanente. Sólo hay un impedimento. ¿Queremos?
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