En la actualidad, solo ocho laboratorios en el mundo están autorizados a experimentar con muertos para conocer las consecuencias de una colisión en un ser humano y prevenir lesiones. Lo habitual es utilizar 'dummies', maniquíes articulados y equipados con precisos medidores que simulan ser los pasajeros en los 'crash-test' o pruebas de choque. El noveno centro que tendrá permiso para realizar ensayos con fallecidos será el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A),
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