El actual presidente de la Asociación Malagueña de Jugadores de Azar en Rehabilitación sufrió en carne propia la ludopatía y, tras rehabilitarse, quiso tender su mano para que otros salieran de su adicción al juego. Lleva tres décadas haciendo esta labor de manera altruista. "La mayoría de las personas que vienen a tratamiento están entre los 25 y los 35 años, universitarios, muchos ni tan siquiera han accedido al mundo laboral y ya vienen con deudas grandes".
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