Más de 230 metros, como dos estadios Santiago Bernabéu, tiene de eslora el portaaviones de la Armada española Juan Carlos I, que con su actual presencia en aguas europeas demuestra el compromiso de España con la disuasión. Tres meses navegando desde Estambul a Helsinki para mandar un claro mensaje a Rusia: "No es rentable atacar a un aliado". En este periplo no está solo. Le acompañan el buque de asalto anfibio Galicia, y las fragatas Blas de Lezo y Reina Sofía que conforman el grupo de combate expedicionario Dédalo 24.
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