España está enganchada al petróleo. Importa prácticamente todo lo que consume porque la producción nacional no cubre ni el 0,5% de la demanda, pero sigue rompiendo marcas. En agosto hubo nuevo récord de importaciones. También lo hubo en 2015. La combinación de crudo barato y márgenes de refino altos en un país con nueve refinerías ha elevado las compras. La adicción al crudo choca con las estrategias de ahorro y de eficiencia que crecen en todo el mundo.
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