Cinco cazas F-18 salieron el viernes de la base de Zaragoza y llegaron el sábado a Estonia, donde vigilarán durante los próximos cuatro meses los cielos de los países bálticos, en virtud de los compromisos de España con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con la misión de la Policía Aérea del Báltico (BAP, en inglés) para “evitar y controlar incursiones” de aviones rusos.
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