El informe mantiene que los colegios religiosos –la gran mayoría de los cuales son financiados por el Estado holandés- tienen derecho a exigir a sus profesores ‘lealtad explícita’ a los valores morales de su ideario. La elaboración de este informe fue suscitada después de que un profesor de un colegio religioso en Emst fuera despedido después de revelar a sus compañeros que mantenía una relación con otro hombre, hecho que provocó la reacción contraria del ministro de Educación, el laborista Ronald Plasterk.
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