Ha ocurrido en Groebenzell, Alemania. Los maestros no daban crédito cuando descubrieron la 'sorpresa' que escondían los caramelos, abandonados en el patio de su guardería. Se trataba de clavos en forma de U, que algún desconocido (y desalmado) se había entretenido en esconder en los dulces para dañar a los pequeños. La policía investiga quién pudo hacerlo.
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