Marruecos tampoco va a ser la tabla de salvación de los empresarios españoles. La crisis, que se está llevando por delante la riqueza mundial, también sacude este país aunque de otra manera. La idea de hacer las maletas, deslocalizarse, y asentarse en países tercermundistas en búsca de una mano de obra barata se ha esfumado. Empresas españolas como Hortupal, afincada en Marruecos, ahora solo se plantean ahorrar, para luego cerrar y volver a casa. "No hay elección si continúan ahogándonos". Su problema son los sindicatos marroquíes.
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