Lo hemos visto en infinidad de ocasiones: una pareja se pelea en broma, ella le lanza un pequeño puñetazo en el hombro, él se lo devuelve más fuerte, ella espeta “oye, te has pasado” y le devuelve el golpe, y él, enojado, exclama “la que te has pasado eres tú”. Escalada de violencia, morros y unos minutos sin dirigirse la palabra.
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