Un regalo de Dios. Así definió Erdogan el intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio. La asonada ha proporcionado al presidente turco un motivo para cimentar su poder con la detención, suspensión y expulsión de miles de funcionarios públicos –desde la judicatura hasta la enseñanza pasando por el ejército, la policía y los medios públicos– y la prohibición de numerosas ONG. Pero parece que Dios también obra de misteriosas maneras y el fallido golpe podría acabar beneficiando a un actor al que nadie parecía esperar en este drama: Rusia.
|
etiquetas: erdogan , turquía , rusia , eeuu , golpe de estado fallido , otan