Ahí está el presidente Rajoy, feliz. Se le criticará porque se haya hecho fotos con el victorioso, pasando por el aro de la dictadura ucraniana. Pero el que critica a los políticos por utilizar el fútbol es el mismo que inhala, una detrás de otra, metáforas sobre el fútbol, y el que le hace hablar de asuntos que no son los suyos (...) La selección española de fútbol, como el resto de cracks deportivos de su generación, es hija de una época feliz e inmoral. De una época burbujeante, para decirlo en sus exactos términos.
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