Cuando Max Wiseltier envió un e-mail a su madre desde su correo electrónico personal de la Universidad de Nueva York no podía imaginar que lo acabarían leyendo 39.979 estudiantes. Concretamente, todo sucedió después de que el joven pusiera un inocente título a su mensaje y pulsara «responder», lo que no sabía es que un fallo llevaría su mensaje a miles de ordenadores.
|
etiquetas: email , madre , universidad