Los últimos segundos de la final de los Juegos Olímpicos de Munich, en los que la URSS logró derrotar a Estados Unidos, le costaron una úlcera a Kondrashin con la que estuvo luchando el resto de su vida. Los jugadores de la URSS sufrían concentraciones que duraban meses en las que estaban aislados de todo, por eso a veces se entregaban al vodka y fumaban compulsivamente, pero lograron dominar este deporte en Europa y el mundo, al menos hasta que les destronó Yugoslavia, con choteos y burlas incluidas
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