Un Hospital británico había suspendido de empleo y sueldo a la enfermera Caroline Petrie porque preguntó a una paciente si quería que rezara por ella. Se llamó a la enfermera a consultas disciplinarias por "no mostrar un compromiso de igualdad y diversidad". La paciente atendida, May Phippen, de 79 años, dijo que no se había sentido ofendida sino que comentó de pasada a otra enfermera que el ofrecimiento le resultó extraño, y que podía resultar ofensivo para otros pacientes. El Hospital ha readmitido a la enfermera porque actuó de buena fe.
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