Muchas de las nuevas compañías eléctricas nos ofrecen contratar energía 100% verde. De entrada suena bien, un gesto con el medioambiente sin sobrecoste económico. Pero nuestra electricidad llega a casa por los mismos cables que la del vecino que compra energía “gris” (nuclear, carbón, gas) a una compañía tradicional. ¿Cómo se distinguen los electrones que van a mi casa de los que van a casa del vecino? ¿Sirve para algo contratar energía 100% renovable?
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