Los saltos, las pisadas, incluso el baile generan energía suficiente para abastecer incluso a un pequeño pueblo. Suena paradójico que, a pesar de las últimas subidas en el recibo, la electricidad esté por los suelos. Cuántas veces ha escuchado eso de: que cantidad de energía tienes en ese cuerpo y no la sabes aprovechar. Si quiere saberlo solo tiene que saltar con mucha alegría y sobre unas placas piezoeléctricas, y será capaz de encender una pantalla gigante.
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