Rosa tiene 83 años, vive en su piso del cual ha sido desahuciada y le han cortado el suministro eléctrico sumiéndola en una situación desesperada. Rosa ya ha tenido infartos cerebrales, disminución de su movilidad… Pero nada de esto ha conmovido a las autoridades municipales, ni a la empresa eléctrica y la han dejado en pleno invierno sin suministro eléctrico. Rosa, al día de hoy ni siquiera puede tomar una taza de té caliente, mucho menos pasar cómoda las frías noches y madrugadas de Sant Quirze del Vallès, Barcelona.
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