Un joven sin estudios tiene 18 veces más difícil poder encontrar un trabajo que hace treinta años. Según el trabajo elaborado por un equipo de la Universidad Pompeu Fabra, presentado hoy en rueda de prensa, la infancia y la adolescencia son las "etapas clave" para prevenir este fenómeno donde la "herencia social", motivada en ocasiones por una baja cualificación educativa de los padres, "perpetúan la exclusión".
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