Cada mañana, Miquel entra en su coche y recorre los 30 kilómetros que separan su casa, en Mollet del Vallès, de Barcelona. Antes de arrancar, ha tenido que desenchufarlo de la corriente eléctrica, donde lo ha dejado cargando desde la una de la madrugada. "Es más barato cargarlo a esa hora, y me deja la batería al 80% en apenas cuatro horas", explica sobre sus trucos de economía doméstica.
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