Encaramarse a lo alto de una grúa para reclamar el pago de deudas ya no es algo solo propio de trabajadores. Manuel Santomé, miembro de la familia propietaria de la empresa auxiliar Morrazo Naval, de Moaña, lo hizo ayer en una grúa del astillero Factoría Naval, de Marín, al que reclama casi 600.000 euros cuyo impago ya motivó el cierre de su empresa y el despido de 38 trabajadores. Santomé depuso su protesta tras 10 horas en la grúa y recibir una llamada de la Xunta.
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