“Son trabajadores por cuenta ajena, pero se les obliga a responder ante el buen fin de la empresa, pagan ellos mismos el coste de empresa y, si no cumplen con los objetivos, no se les asegura ni siquiera el salario mínimo establecido en el convenio”. Así de penosa es la situación de los trabajadores del centro de estudios a distancia SEAS, una empresa que depende, en última instancia, del arzobispado de Zaragoza. Además, a los trabajadores se les quita una "comisión" del 20% mensual.
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