La compra del sufragio por parte de los partidos políticos no es un fenómeno nuevo en la nación balcánica: no ha faltado en ninguna de las elecciones desde la caída del régimen comunista hace 23 años.El dinero al contado no es la única forma de pago, los políticos ofrecen también abonar facturas de luz y agua, o asegurar a una familia la comida de varios días, remuneraciones nada despreciables para una población cuyo salario mensual mínimo es de 155 euros.
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