Edward “Bear” Grylls es un tipo peculiar: come ojos de yak, escorpiones y testículos de macho cabrío. Bebe su propia orina y utiliza el interior de un camello muerto como saco de dormir. No es un homeless. No se ha perdido en el interior de Asia. No es coprófago, en principio. Es una estrella de la televisión: más de mil millones de espectadores contemplan cómo hace todas estas marranadas en el programa “El último superviviente”
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