Cuenta Heródoto en sus Nueve libros de la Historia que las mujeres de Babilonia debían acudir al Templo de Milita para perder la virginidad con el primer hombre que entregase una simple moneda a cambio. No hay duda de que es una buena anécdota, sobre todo partiendo del hecho de que un griego como Heródoto debió sentirse en Babilonia como el personaje de Paco Martínez Soria en “La ciudad no es para mí”. Lo malo es que algunos autores cometen el error de extrapolar la cultura babilónica a la de toda la historia mesopotámica.
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