Acercar el ojo al periscopio, enfocar el cristalino y descubrir, allá a lo lejos, dos osos moviéndose incansables y libres al no sentirse observados, es muy emocionante; una de las sensaciones más inolvidables que pueden existir. Puedes estar horas viéndoles cuando ocurre por primera vez. "Son dos osos de 15 meses a los que su madre les acaba de expulsar a la vida", dice en susurros uno de los guardas de la patrulla oso, que ha instalado el periscopio y los ha puesto en el centro del ocular.
|
etiquetas: oso , pardo , asturias