Fue creado durante la guerra. En 1795, el oficial francés Nicholas Jacques recibió una tarea de parte del ministro de Guerra: crear un lápiz que no dependiera de las importaciones extranjeras. Conté, comenzó a buscar una manera de obtener un lápiz que permitiera dibujar. Tuvo la idea de mezclar polvo de grafito (de modo que se pudieran usar las sobras del material) con arcilla, cocer la mezcla y presionar la masa entre dos mitades de un cilindro de madera.
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