Cuando, a los nueve meses, Virginia empezó a gatear hacia atrás, sus padres se dieron cuenta de que a la niña le pasaba algo raro. Además, apenas tenía fuerzas para sostenerse. A los cuatro años le diagnosticaron atrofia muscular espinal (AME tipo 2), una enfermedad neuromuscular genética y degenerativa. Hoy, Virginia es madre y estudia primer curso de Trabajo Social en la Universidad.
|
etiquetas: superación , enfermedad degenerativa , maternidad , comunicación , ame 2