Desde lo de Lehman Brothers Al Qaeda no es lo que era. Será que ya no compensa alterar el orden mundial, o que no hay dinero para ello, o que, muerto Osama, se acabó la rabia. Claro que, si la cuestión era destronar al imperio americano del Number One, no hacía falta matar a nadie; bastaba con fabricar coches más baratos.
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