La desaparición de Podemos en Madrid, el lugar que le vio nacer, es la noticia precursora de un fin de ciclo ilusionante para la izquierda. Los mismos que lograron consolidar un éxito inimaginable han certificado su defunción con una estrategia suicida, errática y próxima al delirio conspiranoico. Podemos puede mirar en Ciudadanos su futuro porque le lleva seis meses de ventaja. Podemos ha dilapidado su legado equivocándose muchas veces de manera constante y sin saber identificar esas equivocaciones.
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