Jose María Marco declara hoy, en un alarde de atontamiento súblime, que el caso Gürtel es una broma. En palabras de este inmortal imbécil, “El grado de corrupción que se conoce de él es el tolerable en cualquier democracia occidental“. [...] No, señór Marco, no existe un “grado de corrupción tolerable”. El arribismo, clientelismo, caciquismo y mangoneo no son algo que debamos dar por entendible en una democracia avanzada.
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