La semana pasada, Valeria, la hija de dos años de mi amiga Marta, se despertó en mitad de la noche llorando por una pesadilla. Como les ocurre a muchos niños, siguió con sus llantos pese a los intentos de su madre de consolarla. Al rato, unos vecinos empezaron a golpear la pared. Por la mañana, la portera del edificio hizo constar la protesta, en nombre de toda la comunidad, por los llantos, y conminó a Marta a intervenir más rápido la próxima vez. ¿Tienen los niños derecho a comportarse como niños, con los ruidos que eso conlleva
|
etiquetas: derechos , niños , hacer ruido