[c&p] Se llamaba Tanis Semielfo. Thantaias, en el lenguaje de los elfos Qualinesti. Llegó a casa de Beatriz, su dueña, en Culleredo, con dos meses cumplidos, desnutrido, deshidratado, lleno de pulgas, enfermo de displasia: una desconfiada bolita gris. Ella lo cuidó sin escatimar vacunas, desparasitaciones, piensos especiales, cien mortadelas mensuales por el tratamiento durante ocho meses. Ya saben. Los que tienen perros, lo saben.
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