La negativa de la Junta a la quema de cunetas y a la utilización de venenos ha convertido el empleo de aves, especialmente cernícalos y las lechuzas, en una opción factible para el control biológico del roedor.2.500 cajas nido de lechuza y cernícalo, repartidas por toda la Comunidad, ejercen presión y control biológico sobre el roedor al mismo tiempo que se inserta fauna en el medio rural
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