Los problemas para darse debaja de ONO son conocidos, pero pocas veces se documentan. Aquí hay un ejemplo claro, un texto desesperanzado que explica la desatención y el desprecio desde el teléfono de atención al cliente, pero después una serie de capturas de pantalla que muestran como (des)informa ONO, por decirlo de alguna manera. Y publicado en una página de información cultural, indignante el comportamiento de este tipo de empresas en España.
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