Los países en los que abundaban constructores pluriempleados, evasión fiscal o actividades ilegales, han experimentado menos contracciones que sus vecinos honestos durante esta crisis. La relación funciona sólo si la economía sumergida es grande, como en Grecia. En el otro extremo, los países con una población especialmente honesta también se defendieron bastante bien durante la crisis. Los países que peor la afrontan, son aquellos en los que sus ciudadanos no son ni impecablemente honestos, ni destinan tantos esfuerzos a eludir al estado.
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