Lo sucedido seguro que lo podéis imaginar todos porque es la historia de siempre. La mujer estaba comprando tranquilamente, su hija empezó a quejarse hasta llegar a llorar y la madre, tratando de calmarla para consolar el intenso llanto (que suele ser molesto para la madre y molesto para las personas que están alrededor), cogió a la niña y le ofreció el pecho.En ese momento, una trabajadora del supermercado consideró que molestaba más ver a la niña mamando que oírla llorando y le dijo que si quería darle el pecho tendría que hacerlo fuera.
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