Desde ayer dos fugas desde las bodegas del Ostedijk hacen temer lo peor a los vecinos de Vivero, que observan las nubes (según las pocas declaraciones de la Junta no tóxicas) que escapan del barco a solo una milla de sus hogares. El Bigobierno de la Junta mantiene el silencio mediático sobre el el peligro de la carga.
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